UNA RESACA DIGNA DE ELLA
Una buena noche fue aquella que después de ver a Aide y ni si quiera quererme tomar de la mano pasé al Orizaba, bebí como ya hacía tiempo no lo había hecho. No se cómo, pero de repente ya en la mesa habíamos 4 personas. Una gorda y robusta mujer acompañada de un hombre moreno de un metro cincuenta de estatura y una delgada mujer de 40 años con cabello negro y senos firmes. La gorda era ruda, bebía directo de la botella y terminaba rápidamente con las caguamas. Yo ya no traía dinero, había gastado unos 200 pesos cervezas de litro, pero el hombre moreno se ofreció a pagar. Yo seguí bebiendo con ellos, la delgada mujer me contó acerca de su hija y su "efímera" vida, puesto que tenía sida y además estaba embarazada. -----Y el padre se fue, es un puto, no se hizo responsable de ella------ me dijo la mujer. Yo, me acerqué a ella y traté de consolarla, estuve tan cerca que con mis labios rozaba sus odios, tenía que acercarme mucho, ya que el ruidoso jukebox de cds no paraba; y entre gritos, risas y mentadas de madre era imposible no acercarme tanto. La mujer no dijo nada, solo seguía contándome y yo, sin palabras, sin poder decir mucho, más que: no te preocupes. Ella lloraba y se acercaba más a mi, la abracé, sentí sus duros y firmes senos en mi pecho; alrededor, todo era "júbilo", las canciones de los doors resonaban y el "Rambo" y otros más seguían el ritmo con los pies. Los encargados del Orizaba no paraban de destapar botellas de cerveza y cobrar a los sociópatas, putas, albañiles... -----------Vamos a bailar---------- me dijo la mujer. -------------No se----------- le contesté. Me tomó de la mano y nos levantamos de la mesa. --------Acércate más-------- me decía. Lo hice, me acerqué y di una pequeña mordida a sus labios. Ella no dijo nada , mantuvo el ritmo de la canción, Yo, la solté , di un trago a la caguama y volví a abrazarla. Estuvimos un buen rato así, me gustaba sus senos, era firmes y duros, sus pezones comenzaban a marcarse y cerraba los ojos cada vez que pasaba mis manos sobre sus senos.
En el momento que nos dirigimos a la barra a pedir una caguama más, uno de tantos ebrios le toco las nalgas . --------Qué te pasa------- dijo. Y yo, en mi papel de ebrio y hombre, me fui sobre aquel borracho. Los encargados del Orizaba rápidamente me separaron, no querían problemas, así que sacaron al tipo. Mis ahora acompañantes de mesa, sugirieron ir a otro lugar, total, ellos pagaban. Sin embargo, recordé del porque estaba en ese lugar, porque Aide y su confianza por los demás habían decidido que yo "era lo peor". Me sentí triste y subí al tapanco, el "Rambo" dormía y yo me quedé frente a él, mirando su botella barata de charanda, desde el tapanco vi como la mujer de los senos erectos, la gorda y el dadivoso hombre salían de la "Apestosa".
Esperé unos minutos, no quería encontrarlos cerca, así que después de beberme un vaso de cerveza salí, caminé hacia casa y en pino suarez terminé al lado de transexuales, contándoles de cómo había conocido a Aide y como ella no creía en mi; la patrullas recorrían las calles, las putas me llamaban para "irme con ellas"; y los únicos que comprendían mi dolor, eran esos altos hombres, con senos de silicón y que me proponían una felación gratis. No pude haber pasado mejor ese día. Vi a Aide, no quiso tomarme de la mano, ni siquiera verme hacia los ojos, y yo, amanecí con una resaca digna de ella.
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